
A veces se apiada y me compra kikos para que me entretenga con algo y no me dé cuenta de que se está comiendo unas crujientes y riquísimas pipas. Pero no es igual ni de lejos.
Y luego se va y se las deja encima de la mesa, allí preparaditas para comer... Pero es que no puedo, cuando sucumbo al placer de las pipas, en cuanto llevo dos, tengo que salir corriendo a por el ventolín porque me da una crisis asmática de la leche.
Hoy me he comido media bolsa hasta que mi organismo me ha exigido oxígeno con un ultimátum. Me da la risa cada vez que lo pienso: Asmática y Antipipogénica.
Etiquetas: Curiosidades, Personal, Reflexiones

Me he reído mucho Linkita. Tu madre es un poco cruel... Podéis llamar a mi marido y hacéis un club de pipoadictos (clic, clic)
Bueno,
me encantan las pipas, me puedo comer de una tacada una bolsa del mercadona. Ahora se me queda la boca como si hubiera comido una sopa de sal.
Además las pipas engordan mucho :) y debo cuidar la figura :P
Si te sirve de consuelo yo también uso el ventolín aunque por otras causas.
Saludos.
me encantan las pipas, me puedo comer de una tacada una bolsa del mercadona. Ahora se me queda la boca como si hubiera comido una sopa de sal.
Además las pipas engordan mucho :) y debo cuidar la figura :P
Si te sirve de consuelo yo también uso el ventolín aunque por otras causas.
Saludos.
Sucumbo demasiado fácilmente a las tentaciones (más a las malas)... Pues eso, apuntado lo del club, y lo de la dieta despues del atracón de pipas.