No escribo desde hace tiempo... Pero es que he empezado mi contrato a jornada completa como cartera rural. Mi trabajo consiste en recoger el correo en Mula de los pueblos Campos y Albudeite y preparar el correo de La Puebla de Mula, Los Baños de Mula y... Yechar.
Uno de los pueblos, hace que cuando lo veo aparecer tras la carretera, me suba la tensión:
Lo mejor es la gente. La mayoría son gente mayor, supongo que jubilada, y esperan al cartero (en este caso a la cartera) con un ansia desmesurada. El cartero es su salida al mundo, su internet... No entienden que una carta se lleva a la calle que pone, al número que pone. Y si está mal se devuelve al remitente (ojo, no las quemamos ni nos las comemos). Entonces, si una carta me llega a la calle nueva, número 2, la cartera la lleva a la calle núeva, número 2. Esto puede parecer muy fácil de entender. Pero os aseguro de que ellos no lo entienden.
Una situación que me pasó ayer (muy común):
Una mujer al final de la calle hablando con otra mujer, y yo al principio repartiendo mis cartitas. De repente, sube el tono de la conversación y escucho:
La mujer se dirige hacia mi caminando:
Yo a mi bola.
La gente no entiende, que yo soy cartera, y no mensajera. Yo tengo que llevar la carta donde pone, no donde me mandan.
Otro caso tambien muy común son los certificados:
La discusión siguió hasta que conseguí hacer el aviso y metérselo entre las cartas. Cuando llegué a la oficina habían llamado para decir que tenía Demencia senil (sin exagerar!)
Y otro día llamaron para decir que llamaba al timbre y salía corriendo jaja. Nada más que lo que tardo en escribir el aviso, digo yo que ya tienen tiempo de salir...
Bueno, lo que me pone muy nerviosa:
En ese momento me escaqueo como puedo.. Pero como pretende alguien que me aprenda todos los nombres de todos los del pueblo. Flipan.
Normalmente no llego a discutir con la gente, pero este me pilló muy cansada y al final del contrato del año pasado. La gente debe saber que lo que quiere hacer este hombre, ( llevar las cartas de una dirección a otra) en correos tiene un servicio, que se llama reexpedición; el cual cuesta unos 40 euros cada 3 meses. Pero solo escuchan lo que les interesa.
Podría seguir... Pero lo dejo para otro post, porque este se me ha hecho exagerado.
Me considero una cartera paciente... No sé como no me he vuelto loca... Soy normal? Qué haría la gente en mi lugar... Uff.
Uno de los pueblos, hace que cuando lo veo aparecer tras la carretera, me suba la tensión:
- Casas sin número y sin buzón.
- O mejor aún, cartas que me llegan por ejemplo: Carretera s/n. No tendría mucha complicación, si no tuviesemos en cuenta que esa carretera tiene casi 2km de largo...
- Calles con la secuencia de números de casas: 2,4,5,7,4,9
- O otra lindeza, como que entre el 6 y el 8 hayan tres casas!!
- Ah, y una calle con dos casas con el número 1... y encima, una está enfrente de la otra. Ya no respetan ni las aceras de los impares...
Lo mejor es la gente. La mayoría son gente mayor, supongo que jubilada, y esperan al cartero (en este caso a la cartera) con un ansia desmesurada. El cartero es su salida al mundo, su internet... No entienden que una carta se lleva a la calle que pone, al número que pone. Y si está mal se devuelve al remitente (ojo, no las quemamos ni nos las comemos). Entonces, si una carta me llega a la calle nueva, número 2, la cartera la lleva a la calle núeva, número 2. Esto puede parecer muy fácil de entender. Pero os aseguro de que ellos no lo entienden.
Una situación que me pasó ayer (muy común):
Una mujer al final de la calle hablando con otra mujer, y yo al principio repartiendo mis cartitas. De repente, sube el tono de la conversación y escucho:
- Ah! La cartera! Espera, que tengo que decirle una cosa a la carteraaaa!
La mujer se dirige hacia mi caminando:
- Nenaaaaaaaaa, ven pacá que te tengo que decir una cosica.
Yo a mi bola.
- Nenaaa, escúchame! Ayer me echaste una carta que no era pa mí! Era pa la Carmen de la calle de arriba, que sepas que mi marío se llama blablabla, mi hijo blablabla y esa carta no era pa mi. Que la cartera eres tú, y yo no tengo que ir repartiendo cartas por las tardes.
- Señora, la carta iba a su dirección?
- Si, pero escúchame: Es que antes la calle de la Carmen también era calle nueva, y hace un par de años le cambiaron el nombre. Asi que ya lo sabes, cuando te llegue una carta se la subes.
La gente no entiende, que yo soy cartera, y no mensajera. Yo tengo que llevar la carta donde pone, no donde me mandan.
Otro caso tambien muy común son los certificados:
- Ding don...
- Quién es? (grito pelao)
- La cartera.
- Quién?
- La carteraa.
- Quién?
- El cartero! Correos! Certificadooo!
- Ahh, la cartera, ya voy ya voy.
- ... 5 minutos tostándome al sol de las 11 y media.
- Ah, nena dime.
- Fulanica fernández?
- Ay no, no está.
- Bueno, me lo firma usted?
- A ver? Ehmm no, mejor no. Ha ido a comprar a la carnicería.
- Bueno, pues le dejo el aviso.
- No! no no no. Baja y llévaselo, que seguro que está alli.
- ¿?
- Ehm.. no, mejor le dejo el aviso.
- Pero mujer, qué trabajo te cuesta?
La discusión siguió hasta que conseguí hacer el aviso y metérselo entre las cartas. Cuando llegué a la oficina habían llamado para decir que tenía Demencia senil (sin exagerar!)
Y otro día llamaron para decir que llamaba al timbre y salía corriendo jaja. Nada más que lo que tardo en escribir el aviso, digo yo que ya tienen tiempo de salir...
Bueno, lo que me pone muy nerviosa:
- Llevas carta pa mí?
- Mmm usted quién es?
- Fulanico fernández
- Ehmm y usted dónde vive?
- En la carretera.
- Ya. Qué número?
- Yo no tengo número.
- Ah, pues entonces no se si tiene carta.
- Que?! Pos con el otro cartero recibía cartas todos los días! y contigo aun no he recibido ninguna!
- ...
- Ademas yo soy el único Fulanico fernández de aquí.
- ( Claro, de 1000 habitantes)
En ese momento me escaqueo como puedo.. Pero como pretende alguien que me aprenda todos los nombres de todos los del pueblo. Flipan.
- Oye cartera, soy Fulano nosequé. Las cartas me vienen a la calle nueva 6, pero me he casado y ahora vivo en la calle otra número 4. Que ya sabes, me las dejas allí. Que ya te lo dije el otro día y me las sigue llevando a la que no es (Y el tio tan pancho)
- Pero si vienen a la calle nueva, te las llevo a la calle nueva.
- Pero qué trabajo te cuesta subírmelas?
- Mmm el mismo que a ti bajar a por ellas.
- Ya pero ese es tu trabajo y a ti te pagan.
- Ehm, no yo soy cartera, no mensajera (esa es mi frase!)
Normalmente no llego a discutir con la gente, pero este me pilló muy cansada y al final del contrato del año pasado. La gente debe saber que lo que quiere hacer este hombre, ( llevar las cartas de una dirección a otra) en correos tiene un servicio, que se llama reexpedición; el cual cuesta unos 40 euros cada 3 meses. Pero solo escuchan lo que les interesa.
Podría seguir... Pero lo dejo para otro post, porque este se me ha hecho exagerado.
Me considero una cartera paciente... No sé como no me he vuelto loca... Soy normal? Qué haría la gente en mi lugar... Uff.
Etiquetas: Correos

Juas, si que hay situaciones curiosas si.
Me parece que deberías ser más dura, mandarles a la mierda o algo asi... jejejejeje.
Bueno, tanto no, pero vaya caraduras hay.
Nos vemos!
Me parece que deberías ser más dura, mandarles a la mierda o algo asi... jejejejeje.
Bueno, tanto no, pero vaya caraduras hay.
Nos vemos!
si si si .. mandarlos a la mierda y con la ley en la mano !! k tu llevas la razon y ellos son viejos y pheos y dementes y aun mas pheos !!! xdddd
de todas formas y te encuentres con lo que te encuentres.. suerte con tu paciencia!! (que por lo que leo tienes bastante xd) : D
de todas formas y te encuentres con lo que te encuentres.. suerte con tu paciencia!! (que por lo que leo tienes bastante xd) : D
Pues no exajero ni un pelo eh? Aún tengo más anécdotas... que ya contaré cuando dejen de indignarme.
Un besote.
Mi blog ha estado roto un tiempo, perdon por el lio. =P
Un besote.
Mi blog ha estado roto un tiempo, perdon por el lio. =P
Que bueno!!!!!
Mi padre también fue cartero y podría contar un montón de anécdotas, pero ninguna como las tuyas
un beso
Mi padre también fue cartero y podría contar un montón de anécdotas, pero ninguna como las tuyas
un beso